Respiración y Energía

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Respiración y Energía2018-08-11T17:53:16+00:00

Todo en el reino material respira. La respiración es, de hecho, testimonio de la polaridad, del ciclo nacimiento/muerte. Todo se expande y se contrae de acuerdo con el ritmo yin-yang.
Cualquier parte del cuerpo o de la materia tiene su propio campo energético y su ritmo, que es ritmo respiratorio. Cada especie tiene su ámbito de expansión y contracción orgánica, es decir, su biorritmo.

Toda materia tiene su propia estructura con su propia respiración y su propia frecuencia de radiación.

En las células orgánicas, la bioenergía se produce por su ritmo de respiración, es decir, por el ritmo de su extensión y de su contracción. A través de este ritmo, nuestro organismo emite un campo bioenergético dotado de características electromagnéticas.

La transferencia de la bioenergía del transmisor al receptor sigue el principio de la resonancia.

La respiración pulmonar es una de las formas primordiales de producción energética del hombre y de los animales superiores.

Durante la inspiración, el diafragma desciende y ejerce presión sobre los órganos abdominales; en otras palabras, comprime la cavidad abdominal. Al contrario, durante la espiración, el diafragma se eleva, disminuyendo la presión sobre los órganos abdominales; la cavidad abdominal se expande.

Durante la inspiración, la energía fluye desde abajo hacia arriba; durante la espiración, sin embargo, la energía desciende, volviendo a atravesar el cuerpo en el sentido opuesto.
Existen tres tipos de respiración:

  • Una externa nariz/boca-tráquea-bronquios-alvéolos pulmonares; el contacto entre el aire que proviene del macrocosmos y la propia corporeidad se produce a nivel de los alveolos pulmonares a través de una superficie de 70 mq.
  • Una interna o celular que a través de la sangre, va hasta los tejidos y células (como veremos más adelante, se potencia con los ejercicios de retención de la respiración).
  • Una más interna, o primaria, que da ritmo a los fluidos y a los tejidos, provocando fluctuaciones longitudinales de los líquidos y movimiento craneosacral a nivel tisular.